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Chernóbil, una solitaria voz humana

 

Adaptación de Voces de Chernóbil de Svetlana Alexievich, a partir de la idea escénica de Rodolfo Obregón y Ricardo Campos White

Actuación: Tairi Fajardo, Sharon Gaytán, Ismael Hernández Medina, Michel de León, Fey Logo, Mariela Mexía, Carla Rocha y Marily Suárez.

 

¿De qué se trata?

 

Acudí a esta puesta en escena porque la anunciaban a través de redes sociales; dado que está accesiblemente ubicado el lugar y era entrada libre en periodo vacacional, solicité un registro para garantizar el acceso. Dado que se trata del foro de una escuela, asumí que la puesta en escena sería un examen semestral o una puesta académica con algún responsable creativo y que, como cualquier trabajo estudiantil, se trataría de algo serio, quizá experimental, pero serio. La primer sorpresa fue que ingresamos al foro en orden de una lista que se hizo sin que los asistentes supieran de forma clara cómo se había hecho. Al escuchar mi nombre, asumí que la lista fue creada así, bajo solicitud directa a través de los diversos medios por los que cada uno se había enterado.

Una vez que entraron los nombrados en la lista, se formaron los demás y entraron. Dentro repitieron indicaciones básicas como apagar el celular o bien que una vez iniciada la función no se permitiría ni entrada ni salida del foro "por respeto a los actores". Este aspecto llamó la atención de quien suscribe porque debe aclararse que, si es un trabajo académico, no se trata de actores plenos sino de incipientes, estudiantes o actores en formación. Merecedores de respeto, sin duda alguna, pero no del título, grado o nombre dada la calidad de aprendices. La presentación inició con retraso, detalle que desacredita a los actores profesionales, pero que bien se puede justificar desde la falta de experiencia de los estudiantes.

Al ingresar el público a la sala ya hay personas sobre el escenario, están ahí, sentados, al fondo del escenario y de frente al público, como se aprecia en las fotografías adjuntas. La luz de sala sale, una de las mujeres del escenario va a proscenio o parte cercana al público y toma la canasta que tiene manzanas rojas. Habla de frente al público y nadie le responde. Así pasaron los primeros tres minutos sin que nada ocurriera. Al iniciar la narración se aprecia el desplazamiento sobre el escenario, no llegan a ser secuencias corporales ni atractivas, ni precisas, las voces no suenan entrenadas en su totalidad y la significación de lo que se dice va decreciendo la atención del amable espectador que termina por caer seducido ante Morfeo. Nadie ronca, pero ante la cálida oscuridad en una tarde de lluvia, tenemos al menos a dos personas dormidas en cada una de las veinte filas de butacas. Los menos amables sacaron el celular creyendo que por estar en las orillas o en la parte de atrás no se vería la luz.

Es que se presenció un ejercicio escénico pesado por el dominio narrativo no escénico; la propuesta inicia en colores y termina en grises, los textos reiterativos y sin emoción, variedad ni dominio vocal. El conjunto terminó por dormir y fastidiar al espectador que al acabar salió de la sala sin más. Abajo, integrantes del equipo, le recordaron al público que los sobres que habían dado al ingresar son para que la gente ponga dinero para que “estos espectáculos puedan seguir llevándose a cabo”. Algunos regresaron otros más siguieron a la salida.

Ante lo dicho, después de la experiencia, se puede señalar que los procesos formativos de los actores en la ciudad de México es variada no sólo por la calidad de los docentes que los forman sino porque ellos pueden asumir una dirección (detalle que aquí no ocurre como se nota en los créditos indefinidos, aunque nombrados). Las y los jóvenes que sobre el escenario dieron lo mejor de sí, deben saber que su creación carecía de la mirada experta del director a fin de que le diera un propósito codificable para los espectadores. El tema de la vida cotidiana en una situación de devastación es trascendente, pero insuficiente para armar con él una puesta en escena (para eso está el texto, el libro o narración literaria); para lograr la puesta en escena están los diversos elementos que la integran de forma articulada, tarea que asume la dirección y por tal es necesaria su participación. Los directores (que dirigen, no que dan ideas que los actores resuelven como creen o pueden) y la producción que acompaña la materialización de los signos presentes en el discurso sobre el escenario son elementos que se extrañan en este esfuerzo realizado con ganas y buena voluntad.

En fin, no se puede decir más que la buena intensión no crea teatro, las escuelas diversas y sus variables cuotas tampoco garantizan la formación de personas que, tal vez, quieran dedicarse a la escena. Al escribir tales palabras, quien suscribe se pregunta si de verdad estas personas quieren ser profesionales de la escena o si se trata de un trabajo voluntario hecho por personas que se acercaron al teatro de modo alguno y concluyeron su experiencia con esta puesta. Lo invitamos a que acuda a verlo en una de las pocas funciones que darán y le recordamos que, ya que se anuncian en entrada libre, no está usted obligado a aportar dinero alguno. Para terminar, reconocer el trabajo que se realiza en cada una de las escuelas de la Ciudad y del país, pues desde el preescolar se llevan a cabo prácticas teatrales que de ningún modo se acreditan como profesionales ni reciben estímulo económico por ello. Así que asista a las propuestas escolares y con suerte verá buenos trabajos. A fin de cuentas una escuela forma a sus seguidores, y si se trata de engañar, ciertamente se requiere de docentes, alumnos y público que así lo permita, por ello la pregunta es ¿de qué se trata?

Alma Torices

teatrista

Funciones: martes 20hrs., abril de 2018

Teatro: Foro Vicente Leñero en Casazul, Mérida 5, colonia Roma, casi esquina con Chapultepec, cerca metro o metrobús Insurgentes

Localidad: Entrada libre

Duración: 90 minutos más el tiempo de espera posterior a la hora anunciada.

Accesibilidad: dentro se pueden dejar bicicletas; en caso de acudir con auto deberá dejarlo en la calle, así que considere el tiempo para encontrar estacionamiento; si acude en silla de ruedas o muletas, deberá librar la escalera para llegar al segundo piso a través de un pasillo estrecho.

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