La fe de los cerdos

Autor: Hugo Abraham Wirth

Compañía: Proyecto 42

Actuación: Ricardo Cortés, Darling Lucas, Irma Hermoso, Leticia Olvera

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Hablar de cosas estúpidas

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Lamentable que el metro y medio de sana distancia aún no se alcance a entender en la fila para la función en el teatro Benito Juárez, ¿acaso necesitamos que nos formen?

En punto, o lo más cercano, suena la presentación del foro con las medidas sanitarias y de seguridad en caso de sismo; no obstante los refuerzos protocolarios para menos de 50 personas y justo alguien se sienta delante de mi, sin acabar de reaccionar asombrada ante su indiferencia, una pareja se coloca detrás ¿no entienden? Entonces viene el recuerdo de la fila: no comprenden la trascendencia de mantener la distancia de mínimo dos butacas a la redonda por persona o grupo de personas en caso de quienes llegan juntos. Lo anterior, sea pues el preámbulo de la nota que se escribe preciso cuando cancelan la temporada porque alguien más se ha contagiado. Si tú te descuidas, nos fastidias a todas, todos y todes.

Entramos a la sala del teatro con el sonido de una gota perceptible, turbadora, tanto como la atmósfera sonora que incomoda sutilmente. Casi al centro está la Doctora, tan incómoda como quienes hemos puesta atención a la escena. La doctora, una mujer a punto de realizar su compra, está cerca de una plataforma con ruedas, un tipo de camilla que presenta, en el extremo contrario, un objeto envuelto. Ahí y de pie, está Fabián. Dan tercera llamada, queda abierta la salida del foro dejando entrar luz de calle que no estorba, empieza la función.

Proyecto 42 ha editado su versión de esta pieza (sea por el tiempo en el espacio público o sea porque así es su propuesta), estamos ante partes seleccionadas del texto original sin que estorbe la ausencia de Modesta (un personaje clave en el texto que no se verá aquí y que tampoco hace falta por el trabajo preciso de "Proyecto 42"). A lo largo de 75 minutos tenemos una provocación a las acciones que desencadenan un final merecido, buscado o deseado por el auditorio. En el escenario dos paneles traslúcidos delimitan el lugar y sirven para las proyecciones audiovisuales de Puzz Amatista y Luz Efímero; imágenes de cirugías, cerdos, carnes, ojos, gusanos, destellos lumínicos e imágenes, textos que acompañan la puesta y la tensión en el espectador. En el proscenio, cerca del espectador del lado derecho, hay una mesa y un micrófono de pedestal, ahí se presenta Bernie (interpretado con verdad por Irma Hermoso). 

Aunque Fabian crea que se habla de cosas estúpidas, usted comprenderá su sentir al ser testigo de las experiencias que vive, pero ¿por ser adicto? ¿Dependencia emocional, adicción, amor, qué le pasa a Fabian? Sin duda, deve ver esta puesta en escena porque al leer o ver la puesta completa es más sencillo comprender al personaje, pero al dejarlo con los mínimos momentos que sustentan sus acciones, en verdad que lo deja pensando, ¿usted lo haría? 

Seguramente una de las reflexiones que no hacemos al comer tacos de carnitas es si el cerdo fue feliz o no; al ver la obra seguramente no se lo preguntará, tan seguro como que no volverá a subestimar el afecto que alguien pueda profesar o bien, se fijará más de las personas con las que hace tratos. ¿Usted compraría un bebé o traficaría drogas? Una postura dice que sí, que es mejor comprar una vida a que esta sea mal formada, dañina a la sociedad. ¿Usted qué dice?

Proyecto 42 le ofrece una propuesta escénica en blanco y negro para resaltar que "nos hemos convertido en lo que más odiamos"; dejan en la mesa una pregunta que que solo como sociedad conocemos la respuesta "¿Qué puede hacer una persona para que un niño se convierta en humano?"Particularmente disfruto más las puestas en escena que el texto; del presente he visto tres interpretaciones, cada una única (la primera dirigida por Julio Escartín, minimalista, contenida; la segunda por Luis Bizarro con Teatro Bárbaro, impactante y sensual, ambos con el texto completo, ahora Proyecto 42 le propone una