Vivir la experiencia en la sala, con el teatro sin telas que promuevan la ficción, le recuerdan al espectador que esto es una puesta teatral, pero se es consciente de que todo lo que ocurre en la escena es brutalmente real. La pistola y los balazos son representados con las manos, no requieren nada más que estimule los bastos referentes que tiene el público. La experiencia es sensible no solo por los múltiples elementos que manejan sino por las lecturas que ofrece: ocurre algo sobre la escena, una cámara lo captura desde la superficie y al ser proyectado en la pared de fondo, en tiempo real y con lo que sigue ocurriendo sobre el escenario, se hace otro mensaje.

Es decir, uno ve al actor acostado sobre el piso, pero sobre la pared se ve que se mantiene aferrado al tren que a su ves pasa en la proyección... Disfrutable la puesta sin más. Objetos como cachucha, sombrero, paliacate y sudadera cobran otro sentido porque mientras miran al norte, el norte no los mira, no son, no existen, pero se siguen yendo. El juego de iluminación abarca tanto el escenario como la sala teatral; no llega al público la arena, pero no deja de caer. Apenas llega el olor a cigarro cuando el canto nos remite al pensamiento mágico al norte del país.

Entre coreografías y música diversas (el texto que se dice tiene música, usted lo notará) surgen preguntas, interrogatorios por demás impactantes que descubren las edades y las circunstancias de estas personas. ¿Cómo sabe que estaba muerto el cadáver? En momentos hablan y no se escucha más que la pregunta frecuente ¿me escuchan? Lo que si escuchamos con gran atención y advertidos de que estamos ante un texto apócrifo, es una carta que encuentran en el bolsillo de un pantalón, dicen. 

Múltiples imágenes que dejan al espectador en un placer visual sin la posibilidad de llorar o dejarse ir por el sentimentalismo ya que todo el tiempo se es consciente de la ficción basada en la realidad. ¿Cómo puede ser bello lo perversamente real? Acuda a esta intervención escénica o instalación, como le llaman en el boletín, y entenderá el oficio comprometido de los creadores que no juzgan ni aportan esperanzas aunque sí terminen con la afirmación contundente de que los migrantes regresarán "cuando haya algo en que creer".

Para terminar, agradecer la generosidad de Magdalena Hernández, MaryCarmen y todo el equipo de Difusión de Teatro UNAM por las facilidades otorgadas para la presente nota con imagen.

Alma Torices

teatrista

Funciones: viernes 20hrs., sábado 27, 19hrs., y domingo 28 12:30y 18hrs., hasta el 28 de julio de 2019

Teatro: Juán Ruiz de Alarcón, Centro Cultural Universitario, Insurgentes Sur 3000, Metrobús Centro Cultural, metro Universidad.

Localidad: $150°° general, 50% descuento con credencial vigente (estudiante, maestro, trabajador UNAM, jubilados ISSSTE, IMSS e INAPAM, Compra en línea: www.teatro.unam.mx

Duración: 75 minutos

Accesibilidad: Del metro Universidad se puede tomar el Pumabús ruta 3 o bien desde el metrobús Centro Cultural Universitario, en ambos casos llegas al MUAC, cruzas la explanada hasta la fuente de la librería, cafetería ahí está el cine, la sala de danza y los teatros. Hay rampas para sillas de ruedas y un sanitario en la planta baja exclusivo en tal caso.