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Noche de reyes

 

Autor: William Shakespeare

Adaptador y Director: Alonso Iñiguez

Actuación: Carlos Aragón, Pablo Chemor, Salvador Petrola, Adriana Montes de Oca, María Penella, Diana Bovio, Jacobo Lieberman, José “Pepe” Ponce y Antonio Alcántara

Serenata de amor desdeñado

Un clásico del inglés W. Shakespeare se lleva a escena en una nueva temporada sobre el escenario principal del Centro Cultural Helénico, ahí podrá disfrutarla hasta el lunes 30 de julio, así que organice su vida para poder asistir porque, en verdad, debe ver esta propuesta teatral lograda en la dirección de Alonso Iñiguez y un gran elenco, entre los que destacan nombres como el de Carlos Aragón, Diana Bovio, Salvador Petrola y Pablo Chemor, entre otros. En la historia, el conflicto se presenta por el enredo o confusión ante los gemelos, uno hombre y la otra mujer –en ropas de hombre-, por lo que consideran a ambos varones. Otro par de jóvenes más, él enamorado de ella, ella de luto por sus familiares lo desprecia y él insiste. Un par de músicos, alcohólicos, un actor, un agente de policía, diversos criados nos llevan a la vida cotidiana en la situación, entre engaños e intereses anteponiendo el de diversión y ajuste entre las relaciones como es el caso de María hacia Malvolio.

En cada escena se disfruta de la visión del autor, el oficio de la dirección que resuelve entradas y salidas a través del uso de la palabra y el convenio sencillo con el espectador: te hace cómplice de inicio a fin.

Resalta lo integral de la puesta que corresponde a lo teatral en el más puro de los sentidos: el espacio donde se observan y se escuchan, donde se vive lo que ocurre en el escenario. Aunque parezca un “plus” o extra en la puesta en escena (canto, danza y música en vivo) es lo menos que puede tener; ocurre que se ha negado la totalidad del teatro y cuando una puesta es completa la valoramos suprema. Ciertamente lo es, no solo ante la carencia general de teatro, sino que lo es porque teniendo tales elementos los maneja acertadamente, con mesura y gracia. No es teatro musical porque el drama está en la palabra en conflicto, porque la historia no la cuentan las canciones sino que son un encantador recurso para mostrar emociones a través de voces entrenadas y bellas.

Así el público se conmueve, se apasiona, se alegra y se estremece en cada momento. Las escenas empalmadas no confunden ni distraen, porque todo ha sido marcado desde un inicio en la canción-coreografía de presentación, en los convenios francos, en la sencillez de un espacio único para todo momento que se simboliza de acuerdo a los personajes que sean: lugares abiertos como la calle o el exterior de una mansión, lugares cerrados como una habitación, un jardín de palacio o una alcoba, todos sobre el escenario enmarcado con una guía de luces, sellado por un candelabro fálico que se aprecia en las fotografías y luce según la iluminación que Mauricio Ascencio ha diseñado para la puesta en escena.

La escenografía permite que los actores aparezcan de repente entre las trampillas del escenario o bien se facilita el convenio de estar escondidos detrás de un sillón. Al frente una fila de luces (candilejas a vista del público) cuya apreciación era más amable en el foro Shakespeare por estar a nivel de piso, que ahora que están sobre el escenario del Helénico y le queda, a nivel de ojos, a las personas de hasta la tercera fila. Vi la puesta en la quinta y no molesta salvo el pequeño detalle técnico que encendió las luces de candileja fuera de momento y que, obviamente no volverá a ocurrir porque fue eso, un detalle técnico salvable después del estreno.

Teatro teatral con dignidad, respeto y oficio. Retoma el cabaret de los cuarenta –según el boletín de prensa- y el maquillaje es de clowns, por lo que ofrecen una comedia con tintes de farsa, dice también. Es una comedia de enredo, sin duda; es inverosímil que se confundan a los gemelos o irreal que una mujer pueda pasar por hombre, eso usted lo dirá. Lo que hace a la puesta genial es que los convenios son francos y el espectador participa de ellos sin más, con gusto y placer. Acuda al teatro Helénico y compruebe lo bien que se habla de esta propuesta por su experiencia. Acuda acompañado para que pueda comentarla inmediatamente o bien, escriba sus impresiones, recomiende la experiencia que bien vale lo que cuesta la entrada.

Noche de reyes le aporta una serenata de amor desdeñado y lo lleva a la reflexión de la trascendencia de una broma, la amistad, el amor -incondicional (homosexual o no, se trata de amor aunque el público reacciona ante la inmediatez)-, la vanidad y la soledad. Acuda y sea testigo de la grandeza que puede tener una persona, como usted, cuando se sublima sobre el escenario y sus pasiones se integran al caos dramático del arte que sí se hace bien en México. Indispensable ver esta puesta.

Por último, agradecer el apoyo de Gaddi Miranda para la realización de la presente nota y a todo el equipo que labora en el Centro Cultural Helénico por las facilidades otorgadas.

Alma Torices

teatrista

Funciones: lunes 20:30hrs., hasta el 30 de julio de 2018.

Teatro: Helénico, Centro Cultural Helénico, Avenida Revolución 1500, Colonia Guadalupe Inn, metro Barranca del Muerto, Metrobús Altavista.

Localidad: $350°° y $250°°, general, entradas en taquilla del teatro así como vía Ticktmaster.

Duración: 120min.

Accesibilidad: el teatro cuenta con rampas de acceso hasta el foro por lo que precisa un poco de ayuda para ingresar en caso de silla de ruedas o muletas; los sanitarios son estrechos; cuenta con señores que estacionan los carros y trasporte público. Si acude en bicicleta, al llegar le indican dónde la puede sujetar dentro de las instalaciones del centro cultural.

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