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Lo que queda de nosotros

Obra: Lo que queda de nosotros

Autor: Alejandro Ricaño y Sara Pinet

Director: Alejandro Ricaño

Actuación: sara Pinet y Raúl Villegas

Hoy no quiero creer en Dios

 

“El mundo es extraño”, dice Nata, una jovencita de apariencia infantil, es una niña que se mantiene en indefensión ante la pérdida constante (muere su madre, luego su padre y ella abandona a su perro); sabemos que es adolescente casi adulto cuando sube al carro y maneja; ha pasado el tiempo y el dolor la mantiene habitando un mundo ajeno a ella. “Es que cuando uno está triste, comete estupideces”, también dicho por Nata, hablándole a su perro. La travesía de vida que una persona puede pasar ante la pérdida en el marco de este octubre de 2017. Oportuno hablar de duelo, de pérdida y de esperanza. Así la puesta en escena de Alejandro Ricaño que se lleva a cabo todos los lunes en el centro Cultural Helénico, en el teatro principal.

Aquí podríamos hacer una observación, y es que la obra, la puesta en escena es íntima, personal (no sólo porque sean dos actores en escena) sino por el tema mismo: el duelo. Para algunos esta propuesta debió resolverse en un foro para menos público; para otros el hecho de que la representación sea en el foro principal augura el éxito que tendrá como lo fue con Fractales en el mimo escenario. La propuesta es frontal, a la italiana, sin más recurso que los que están en escena: dos plataformas tipo mesa, la menor se desliza debajo de la mayor, un par de luminarias como de lugarcillo de la Condesa o Roma, rodeadas de platos rojos para comida de perro, mismos a los que se alude en el texto.

Otra observación es que los músicos presentes en toda la obra, ejecutan en vivo y sobre pistas; no hay interacción, no hay mayor vínculo con la escena que si no estuvieran presentes, de verdad no pasa nada. Me respondo que ayudan a que el escenario se vea completo sin que se vea vacío (¿acaso no podían cerrar el telón para acotar la escena?). Ciertamente la presencia de cuatro y no solo dos en escena justifica presupuestos, eso sin duda alguna. La música que armoniza toda la puesta es disfrutable, apoya momentos y acompaña emocionalmente al espectador.

Los hechos ocurridos quizá nos tengan sensibles y con la mortalidad presente; no obstante es importante señalar que esta puesta en escena tiene ya tres temporadas en apoyo y trabajo colaborativo con una organización de cuidado a perros; a través de ella es que podrá adotar un perro o bien aportar alimento ya que en el albergue son más de cien perros los que se encuentras ahí, cifra que se disparó con los hechos ocurridos en septiembre.

Acuda al teatro y sea parte de la historia de la cigüeña; metáfora que de modo alguno aporta lo insólito a nuestras vidas. Reflexión sobre los afectos presentes y los que quitamos de nuestro camino. Quizá sea como dicen que “la muerte recuerda que estamos vivos y abre un hueco en el estómago”. Déjese  sorprender por la magia en escena que representa a un perro a través del cuerpo de Raúl Villegas, quien además representa a los demás personajes con un par de cambios en su vestuario (quita el gorro que usa como perro) y la expresión corporal y vocal que dejan clara la característica de cada personaje que interpreta.

Por último, agradecer el apoyo a Gaddi Miranda para la realización de la presente nota y a todo el equipo que labora en el Centro Cultural Helénico por las facilidades otorgadas.

 

Funciones: lunes 20:30hrs., hasta el 11 de diciembre de 2017

Teatro: Helénico, Centro Cultural Helénico. Avenida Revolución 1500, Colonia Guadalupe Inn, metro Barranca del Muerto, Metrobús Altavista.

Localidad: $250°° general y 30% descuento para estudiantes, maestros e INAPAM, las localidades se pueden adquirir en el sistema Ticketmaster.

Accesibilidad: el teatro cuenta con rampas de acceso hasta el foro por lo que precisa un poco de ayuda para ingresar en caso de silla de ruedas o muletas; los sanitarios son estrechos; cuenta con señores que estacionan los carros y trasporte público.

Duración: 60 minutos

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