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Lo que queda de nosotros

 

Autor: Alejandro Ricaño y Sara Pinet

Director: Alejandro Ricaño

Actuación: Sara Pinet y Raúl Villegas

 Músicos: David Ortiz/Ricardo Estrada 

Hoy no quiero creer en Dios

“El mundo es extraño”, dice Nata, una jovencita de apariencia infantil, es una niña que se mantiene en indefensión ante la pérdida constante (muere su madre, luego su padre y ella abandona a su perro); sabemos que es adolescente casi adulto cuando sube al carro y maneja; ha pasado el tiempo y el dolor la mantiene habitando un mundo ajeno a ella. “Es que cuando uno está triste, comete estupideces”, también dicho por Nata, hablándole a su perro. La travesía de vida que una persona puede pasar ante la pérdida en el marco de desastres naturales que nos recuerdan que somos mortales. Oportuno hablar de duelo, de pérdida y de esperanza. Así la puesta en escena de Alejandro Ricaño que se lleva a cabo hacia el final de lunes y martes a un costo más que accesible para que no se quede sin verla, porque de verdad vale mucho esta experiencia.

Aquí podríamos hacer una observación: la obra, la puesta en escena, es íntima, personal (no sólo porque sean dos actores) sino por el tema mismo: el duelo. La propuesta es frontal, a la italiana, sin más recurso que los que están en escena: dos plataformas tipo mesa, la menor se desliza debajo de la mayor, un par de luminarias como de lugarcillo de la Condesa o Roma, rodeadas de platos rojos para comida de perro, mismos a los que se alude en el texto.

Otra observación es que los músicos presentes en toda la obra, ejecutan en vivo y sobre pistas; no hay interacción, no hay mayor vínculo con la escena que si no estuvieran presentes, de verdad no pasa nada. Me respondo que ayudan a una mayor experiencia con la música en vivo toda vez que la música que armoniza toda la puesta es disfrutable, apoya momentos y acompaña emocionalmente al espectador.

Es importante señalar que esta puesta en escena ya tiene trayectoria tanto en el escenario como en el trabajo colaborativo con una organización de cuidado a perros; a través de ella es que podrá adoptar un perro o bien aportar alimento ya que siempre falta en los albergues caninos.

Acuda al teatro y sea parte de la historia de la cigüeña; metáfora que de modo alguno aporta lo insólito a nuestras vidas. Reflexión sobre los afectos presentes y los que quitamos de nuestro camino. Quizá sea como dicen que “la muerte recuerda que estamos vivos y abre un hueco en el estómago”. Déjese  sorprender por la magia en escena que representa a un perro a través del cuerpo de Raúl Villegas, quien además representa a los demás personajes con un par de cambios en su vestuario (quita el gorro que usa como perro) y la expresión corporal y vocal que dejan clara la característica de cada personaje que interpreta.

Una puesta que toca sensibilidad aunque usted no sea amante de los canes porque habla del duelo, de la separación, de la infancia marcada por la pérdida. Quizá sea una explicación al maltrato animal donde el teatro nos ayuda a expresar que no hay ni víctimas ni victimarios sino circunstancias con las que se convive y conviene aprender a afrontarlas. Asista y aplauda de pie, entre lágrimas, el maravilloso y emotivo trabajo de ambos actores.

Alma Torices

teatrista

Funciones: lunes y martes 20hrs., hasta el 18 de junio de 2019

Teatro: Orientación del Centro Cultural del Bosque. Atrás del Auditorio Nacional, metro Auditorio, a un costado del Campo Militar Marte.

Localidad: $45°° general. Boletos en taquilla y en el sistema Ticketmaster

Accesibilidad: El teatro cuenta con rampas de acceso en caso de andar en silla de ruedas o muletas. Los sanitarios están en el mismo piso, pero son estrechos. Si acude en bicicleta su estacionamiento está a un costado de la caseta de vigilancia, frente a la librería. 

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