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Tierra oceana

Autor: Daniel Danis

Traducción y dirección: Boris Schoemann (Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte de FONCA)

Actuación: Antón Araiza, Francisco Hinojosa y Emmanuel Lapin (además diseño sonoro)

Espacio e iluminación: Xóchitl González

Vestuario: Pilar Boliver

Nenúfares flotan

"A la puerta de Antón" nos instalamos con él para acompañarlo en la travesía que vive al ejercer la paternidad, la que le fue negada (después de acordada y buscada, de otro modo la adopción ante la esterilidad de ella fuere imposible); años después el menor Gabriel llega a vivir con él, llega con su pequeña vida con el proceso de existencia contado y en detrimento. Antón acude a su padre, que no es su padre sino su tío y juntos afrontan, sin más, la franca convivencia, el dolor y la muerte. Ver teatro ayuda a que las personas espectadoras prueben, como en la vida misma, una posibilidad de acción-reacción tanto como ayuda a comprender que la vida sigue aunque no se alcance a entender lo que ocurre.

Tres generaciones masculinas con estilos de vida convergen bajo un techo; el texto abunda en imágenes literarias que parecerían imposibles de llevar a escena, mas esto lejos de ser un obstáculo, son la confirmación de la maestría del director, me explico. En un espacio reducido como lo es La Sala Novo, la dirección explota la gracia de cada uno de sus actores en escena; logra que usted camine entre los recuerdos de la juventud cuando uno se dice “todo es posible”. Por su parte la dirección articula al equipo creativo que conoce el lugar y lo aprovecha de la mejor manera como es el caso del trabajo de iluminación de Xóchitl González. Es una propuesta que debe verse porque aporta la sencillez que la economía de recursos puede mostrar y es tan compleja y nada fácil que pocos lo logran, por eso debe ver esta puesta de teatro.

La escenografía se compone de un piano rojo, una escalinata que se corona en el asiento del narrador principal y como elementos un xilófono y un par de prendas para cambio en escena. Con ello, con tres hombres de generaciones diferentes, entre palabras, gestos y ambientes logrados por el poder de la entonación -en franco diálogo con la expresión corporal- es que el espectador va de la interrelación entre ellos al más íntimo de los pensamientos. Se puede reír con expresiones como “Órale, ¿tienes algo que decirme?” o reconsiderar si “parece que venimos al mundo con una historia a la que nadie quiere que se le cambie el género”.

Ver Tierra oceana es vivir el teatro entre pases mágicos, sencillos, simples y, preciso por ello, maravillosos, porque no abusa de recursos ni de parafernalia; con el cuerpo, con un giro, cambia de temporalidad, con un gesto cambia de personaje. Eso es dirección y, por supuesto, gracia en quienes interpretan sobre el escenario. El texto, se dijo antes, está lleno de metáforas tanto como de cuestionamientos ontológicos: "¿De dónde viene el miedo?, y ¿te da miedo la muerte? Pases mágicos que usan un piano para recrear la risa y la calidad interpretativa de los actores para que se vea una perra jugar en media sala cuando no hay nada más que los tres hombres, sus cuerpos y voces moduladas.

Una obra que debe verse porque la interpretación corporal enfatiza el mensaje que el discurso verbal establece, a veces en contrapunto, lo que genera risa y reflexión. Así cuando dicen "vamos a instalar un equipo médico en tu cuarto, que no necesitarás, por ahora", los espectadores saben -porque comprenden bien- en qué momento de la vida de Gabriel se está hablando.

Cada uno de los intérpretes en escena crea varios personajes, desde la perra Flora hasta las compañeras de oficina, cada uno narra descripciones con la fuerza de la proyección precisa para que el público se involucre en un ejercicio perceptivo que lo lleva a ver una casa, una cama y hasta nenúfares flotando sin que haya más elementos que una escalinata coronada por el asiento del narrador principal; un piano esquinado y un xilófono, un par de elementos de vestuario cuyos cambios son a vista del público y un libro que está desde que el espectador ingresa a la Sala Novo del Teatro La Capilla. El fondo negro del escenario se limita con una franja azul de lado izquierdo en armonía con la propuesta cromática del vestuario que propone Pilar Boliver.

Hay remedios caseros y ancestrales que permiten la liberación del alma, la sanación y promueven el paso a otros mundos sin dolor; eso es lo que propone el tío Dave no sólo porque sea un chamán, sino porque sabe más de la vida, ha vivido lo que le está negado a Gabriel. Él sabe que “a veces te vas del cuerpo y te sientes perdido” por eso quiere que “empiece a familiarizarse con imágenes fuera de lo racional”. ¿Usted, estimado lector, ha considerado el medio para afrontar la muerte, su muerte y la de sus hijos? Sin duda un tema difícil que se llena de emotividad y lágrimas en el patio de butacas, se adereza con “zanahorias, apio y nabo con una pizca de celular”, por ello debe ir este domingo a ver Tierra oceana y ser parte de una puesta en escena que devuelve la conciencia de mortalidad de forma sensible para ser humano en esta ciudad, uno que quiera vivir y decir “te amoro”.

Si usted gusta de las galletas con mantequilla puede disfrutar de la neblina en el cuerpo de un niño ya que “una desgracia así solo podrá hacerles crecer” aunque “el dolor duele”. Una divertida puesta que no deja de sorprender por el manejo del dolor y la pérdida, así se puede reír ante “el chalote leguga” o pechuga empanizada. Desde aquí, se afirma que es altamente recomendable por todo el manejo tanatológico, pero lo que se busca resaltar en la presente es el derecho a la paternidad negada y poco explorada, así podrá explicarme cómo es que ante la pregunta “¿Quieres ser mi padre?”, se responde con una sonrisa tímida y la frase “no soy tu padre”. Acérquese y déjese seducir por el profundo contacto con su sensibilidad en esta Tierra oceana, acuda y vea “el camino de rodajas cerezo” que usted mismo puede empezar a poner en su camino al salir de la puesta en escena.

Para finalizar, agradecer la amistad y el apoyo para la realización de esta nota a Alejandra Ramos así como a la eficiencia del cafe-bar El Bejuco.​

​Alma Torices

teatrista

Funciones: domingos 18hrs., hasta el 28 de octubre de 2018

Teatro: Sala Novo, Teatro La capilla, calle Madrid 13, casi esquina con Centenario, a una cuadra de Churubusco, metro Coyoacán, Colonia Del Carmen Coyoacán, CP 04100.

Localidad: $200°° general, $150°° para los descuentos habituales

Accesibilidad: avenidas Río Churubusco, Coyoacán, Centenario y Cuauhtémoc con transporte público y la posibilidad de amarrar su bicicleta dentro del patio del teatro; dentro del foro, la planta alta es inaccesible en muletas o silla de ruedas, la planta baja cuenta con escalones que se pueden bajar con un poco que ayuda en caso de llevar silla de ruedas; el acceso a los sanitarios en este caso (silla de ruedas) se hace complicado, sea el primero por lo estrecho del pasillo, por lo que se recomienda acudir al sanitario de la cafetería con ayuda para librar el par de escalones.

Adicional: El teatro cuenta con servicio de cafetería y se permite el acceso con bebidas únicamente (no se ingresan alimentos) cuya loza usted devuelve al salir (es decir que no la deja dentro del patio de butacas). Por otro lado, le sugerimos que lleve su termo o taza y busque el descuento en el café así como la disminución de basura.

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