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Titus

Autor: William Shakespeare

Versión y dirección: Óscar Flores Acevedo

Asesoría en dirección: David Olguín

Actuación: Itzia Zerón, Estanislao Marín, Aldebarán Casasola, Jorge Betancourt, Daniel Oropeza, Rocko Flores, Enrique Estrada, Elena Vargas, Israel Sosa, Salvador Carmona, Vicente Eduardo Cervantes y cuatro actores de Compañía Nacional de Teatro: Marco Antonio García, Nestor Galván, Teresa Rábago, Carlos Oropeza

Si te vas a dormir, ¿a qué vas?

Dice la página del Teatro El Milagro al respecto de la puesta que presenta: “Los crímenes más atroces que ocurren en nombre del amor filial, exaltan la venganza y la violencia del mundo actual. La obra de Shakespeare, sin perder su belleza literaria, está descontextualizada para crear una versión contemporánea. En un “espacio vacío” los actores-personajes escenifican esta historia de horror, asesinatos, mutilaciones, filicidios, violaciones y antropofagia.” Con lo que tenemos la sinopsis presente a la que sólo nos queda agregar un par de detalles.

Se trata de la presentación de trabajos de los estudiantes en Maestría en Dirección Escénica del Instituto Nacional de Bellas Artes que ha mostrado desde hace años los trabajos de sus estudiantes, ahora en este ciclo (y en este teatro) dedicado a la dramaturgia clásica de William Shakespeare. En estos trabajos, como producto de una maestría en dirección escénica, los directores estarán probando –seguramente- lo que aprenden en las clases ¿cierto? Es apenas una especulación, sin embargo parece congruente, por lo que el trabajo visto habla tanto del director de escena como de sus mentores englobados en la institución que los alberga.

Con esa mirada, fue un honor presenciar la función que dieran el lunes 5 de febrero pasado con la presencia de teatristas de todas tallas, obviamente los que pesaban eran nombres como Julieta Egurrola, el mismo David Olguín, Gabriel Pascal entre otros muchos amigos y compañeros de procesos escénicos. ¿Cómo entonces va un teatrista al teatro y se duerme? Independientemente del rango o años de experiencia que se tenga, era fácil suponer que la puesta sería cuestionable anunciada así desde el inicio en que se adjudica el crédito de una autoría cuando es una versión (dispense señor director Óscar Flores, pero el texto es del inglés aquél). Siguiendo con la idea de que se trata de una puesta escolar, a nivel maestría, sí, pero escolar al fin y al cabo, se podía suponer y esperar, lo que nunca creí es que tanto teatrista se fuera a dormir. Enfrente de mí, una joven pareja en la que uno acomoda al otro, en cada fila, al menos uno acurrucadito, hasta en primera fila hasta que de plano a alguno se le cayó lo que tenía en la mano y medio despertó a los otros. Considero que no es adecuado y menos la falsedad con que al final de la función lanzan ovaciones y hasta dan el abrazo que reconoce un trabajo, pero cómo si no lo vieron.

La puesta en sí, amable lector, era como se indica, en el espacio sin mobiliario, apenas un par de bancas en cada orilla del escenario para que los actores se sentaran al salir de la escena sin salirse del escenario; ahí, atentos, manteniendo la tensión (¿habrá pensado tal el director o para qué tenerlos ahí?) fue un honor presenciar la función que dieran el martes 6 de febrero pasado con la presencia de teatristas de todas tallas, obviamente los que pesaban eran nombres como Julieta Egurrola, el mismo David Olguín, Gabriel Pascal entre otros muchos amigos y compañeros de procesos escénicos. ¿Cómo entonces va un teatrista al teatro y se duerme? Independientemente del rango o años de experiencia que se tenga, era fácil suponer que la puesta sería cuestionable anunciada así desde el inicio en que se adjudica el crédito de una autoría cuando es una versión (dispense señor director Óscar Flores, pero el texto es del inglés aquél). Siguiendo con la idea de que se trata de una puesta escolar, a nivel maestría, sí, pero escolar al fin y al cabo, se podía suponer y esperar, lo que nunca creí es que tanto teatrista se fuera a dormir. Enfrente de mí, una joven pareja en la que uno acomoda al otro, en cada fila, al menos uno acurrucadito, hasta en primera fila hasta que de plano a alguno se le cayó lo que tenía en la mano y medio despertó a los otros. Considero que no es adecuado y menos la falsedad con que al final de la función lanzan ovaciones y hasta dan el abrazo que reconoce un trabajo, pero cómo si no lo vieron.

La puesta en sí, amable lector, exige de usted que sea paciente ante tanta sangre explícita o no; en este caso se trata de una puesta que acudió a lo menos posible de sangre y el efecto de los muñones a través de plástico para envolver sellado con cinta adhesiva roja permite un efecto interesante. Las escenas fuertes para algunos serán los asesinatos, para otros la violación, pero nunca el acto sexual frío que se ve en primer plano izquierda entre Tamora y el moro.

La iluminación permite la visión de la escena y crea ambientes favorables a la puesta. Interesantes momentos con las luces de piso. En la escenografía tenemos una tela roja sujeta en sus orillas y pendiente del centro (aquí la sugerencia es revisar la pared sobre la que cae ya que un elemento invisible para el espectador detiene la tela e impide la caía además de impedir la siguiente escena como fue pensada, creo), por otra parte casi al inicio de la obra cuatro actores sacan dos cuerpos embolsados que colocan a los pies del espectador y permanecerán ahí toda la función, a sus pies. En escena se presentan espacios simultáneos sin mayor indicación que el mismo texto dicho por los actores, así vamos de un bosque al interior del recinto, de una sala a otra.

El trabajo de dirección ciertamente consiste en equilibrar las escenas, es decir que los actores menos inexpertos puedan estar en la escena con los actores más expertos y que así como ellos crean a sus personajes con detalles como mantener el peso de sus brazos, los otros puedan aprender a controlar sus posiciones más allá de respetar la línea o el semicírculo que se les ha marcado; bueno, pues este trabajo de dirección está en proceso también.

Interesante notar el tratamiento que le han dado a los apartes (famosos apartes en que se para el tiempo y el espectador sabe el pensamiento del personaje, así el personaje habla directo con el espectador para hacerlo cómplice) en tanto que son hilados o consecutivos con la escena misma sin evidenciar el ‘congelado’ de la escena o el cambio de iluminación para hacer el convenio. Esta puesta nos confronta con un gobernante que piensa: “Si las palabras no funcionan consíguelo con la violencia”, entre batallas y crímenes se hace evidente el combate escénico básico y las múltiples coreografías para el desarrollo del montaje. El uso de una pantalla translúcida ofrece una imagen atractiva que después será parte de otra escena. Todos visten de color negro en el fondo negro del escenario, algunos con rodilleras, casi la mayoría y cada momento es acompañado por el trabajo de los tres músicos que, en vivo, armonizan en escena.

Indiscutiblemente se trata de un texto difícil por las imágenes que ofrece, los juegos de emociones que acompañan cada parlamento y que requieren una construcción total dirigida por la cabeza de la propuesta. Si es de su interés, le sugerimos leer la escena primera del acto IV (http://www.cervantesvirtual.com/images/portales/teatro_corsario/graf/espectaculos/titus_andronicus/guion/041190.pdf), se trata de la escena de la mosca y quizá al leerla comprendamos claramente la complejidad de los personajes y de la puesta que va de la cordura a la locura más cuerda al estilo del drama inglés. En ella escuchamos la pertinencia de “dejar dormir esta idea”, así ocurre en escena y con las creaciones teatrales; lo inconveniente es que ese sueño se prolongue hasta pasado el estreno porque ya no se pueden modificar aspectos y aunque se modifiquen, en este caso, por ejemplo, la nota ha salido con lo que se vió antes de los cambios, antes del reposo del sueño.

Para terminar, solo agradecer el apoyo incondicional del teatro El Milagro y particularmente a Ramiro Galeana ya que sin su apoyo no fuere posible la nota.

Alma Torices

teatrista

Teatro: El Milagro

Funciones: domingo 13:hrs, lunes a miércoles, 20:30hrs del 4 al 7 de febrero de 2018

Localidad: Entrada Libre

Accesibilidad: Para subir al foro principal del Teatro El Milagro, se requiere ayuda en caso de acceder en silla de ruedas para subir la escalera que nos sube al segundo nivel del edificio; seguramente hay personal para apoyar en ello.

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