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Las 99 monedas

Obra: Las 99 monedas

Autor: Noe Lynn Almada

Director: José Acosta

Actuación: María Teresa Garagarza, Rodolfo Árias y Adamaris Madrid

 

Qué queremos que pase

 

Ante los hechos ocurridos (naturales y sociales como la rapiña), hablar del hecho escénico resulta menos trascendente que la puesta en sí. El teatro es vital en estos momentos porque integra la satisfacción de necesidades básicas humanas (creación, afecto, libertad, entendimiento, participación, identidad, pertenencia, ocio y sobrevivencia – CALEPIPOS-, de acuerdo con Antonio Elizalde Hevia); a partir de ellas es que comparto, desde esta mi casa Visión MX, la puesta en escena: Las 99 monedas. ¿Qué queremos que pase?, pregunta que se hizo el director para llevar a cabo esta propuesta.
Creación. Las personas, en soberbia o no, son transformadoras del medio ambiente, cuya característica es la "sin razón" de ella. Mientras las especies animales transforman su medio en correspondencia con su sobre vivencia, las personas lo hacen por placer: pulsión de vida que oxigena el sin-sentido de la existencia. De ahí que el hecho teatral sea necesario por definición en tanto que libera la creación tanto para los teatristas (hacedores de teatro) como para los asistentes o espectadores, sin ellos, no hay teatro posible. El público da sentido a la necesidad del teatro. Hoy, Las 99 monedas lo dejan palpable. Un cuento de hadas cuya finalidad inicial fue reflexionar sobre el estilo de vida consumista (neoliberal), con fecha de estreno posterior al 20 de septiembre, se transforma para liberar la esencia de lo "necesario" en cada ser humano.

Afecto. Los seres humanos requieren sentir-se para confirmar su existencia. El afecto da la relación entre personas desde el ámbito emocional favorable al pensamiento mágico, a la creencia. Es así como el sistema de consumo ha hecho que las personas crean que necesitan ropa, zapatos, objetos innecesarios para la sobre vivencia. Lo podemos apreciar en esta situación cuyo confort y calidad de vida regresaron al reconocimiento del otro: nuestro mundo y felicidad radica en estar vivo y con los seres queridos. La presencia vale oro cuando un mensaje o un saludo basta para recordarnos que estamos y que podemos ayudar a los otros sin marcas, sin centros comerciales, sin más posesión que un gesto para dar y recibir. Así lo presenta Las 99 monedas cuando nos vemos reflejados en el paje cuya locura es magistralmente representada por Rodolfo Arias a quien hemos visto en películas como: Como agua para chocolate, Cilantro y perejil y Sólo con tu pareja (mismas que declara deja de hacer porque no le gustan, porque no hacen de su vida más ni menos). Acuda a esta puesta en escena y sea parte del conteo que acentúa la ausencia, el vacío, la individualidad y la soledad que enloquece.
Libertad. Entendida como la responsabilidad de acción en interrelación con la otredad, la libertad se refleja, al asistir al teatro, en una toma de conciencia reflexiva: los que quedamos vivos estamos para ser mejores personas fuera del sistema de consumo. Aspecto que se reflexiona lúdicamente en la puesta en escena que dirige José Acosta y que expresa el tipo de teatro que sabe y desea hacer en esta etapa de su vida.
Entendimiento. La capacidad humana para explicar la realidad circundante (si tal existe) a fin de dar un cause a la vida cotidiana. Una propuesta escénica contada por una niña (linda interpretación de Adamaris Madrid) con traje de campesina atemporal (diseño de vestuario de Teresa Alvarado). No la vemos entrar, pero escuchamos su cálida voz y nos dejamos seducir al compás de la narración en la más pura paz; la vemos cambiar la página del libro de cuentos así como ejecutar las percusiones que ambientan en vivo la puesta en escena. Su rostro dulce nos lleva a la convención de la niña que evoca a su abuelo al contarle el cuento. El momento inicial de la puesta en escena aporta la magia teatral: oscuro (en el que no se toman fotos y menos con flash, por favor, amable espectador, aprenda a respetar el rito teatral: no fotos), durante ese momento en oscuridad total escuchamos la voz de la infanta que inicia el cuento hasta que habla de los personajes, en este instante se ilumina el libro ubicado a la derecha del escenario. 

Participación. La integración en la sociedad o en agrupaciones de personas permiten la certeza de la existencia en tanto que la persona convive. En esta historia el rey identifica a su paje feliz y cuestiona el secreto de su estado. El paje no tiene idea de la pretensión del rey. El sabio expone que la felicidad de una persona radica en no ser infeliz y afirma que el origen de esta es la participación en el círculo de las noventa y nueve monedas (metáfora de vida que usted interpretará a partir de sus referentes). El rey accede a indagar al respecto del círculo referido por el sabio. El rey es interpretado inmejorablemente por el talento de María Teresa Garagarza (la hemos visto como directora y productora, también actriz en teatro comercial, ahora en teatro universitario representa al rey del cuento), nos deleita con matices de dolor, hastío, malestar, aunque el momento que más valoré fue en el que se desprende, la actriz, por un momento del rey para dar vida al personaje de la mujer del paje, todo frente a público en tercer plano o al fondo izquierda del escenario y sin llamar la atención que tiene la acción dramática del paje cuando enloquece ante las noventa y nueve monedas.  
Identidad. Cuando el espectador logra reconocer en los personajes o en algunas acciones (comportamientos tal vez) algo que hace en su vida, tenemos el reconocimiento humano que se da a partir de observar al otro. Cuando ese "otro" es un personaje ficticio interpretado por actores en el rito teatral y el espectador se deja llevar dentro de la ficción, se encuentra a sí y por eso se conmueve, halla piedad y juicio ante lo que no hace o haría en la vida cotidiana o bien, halla indulgencia y explicación a lo que ya ha hecho y no había valorado, cuando eso pasa hay identidad. El teatro permite que las personas tengamos una mirada del comportamiento humano para valorarlo y definir actitudes en tanto que presenta, como espejo social, una posibilidad viable. El teatro aporta identidad humana a las personas que asisten; por eso es indispensable que la gente acuda al teatro.
Protección. La propuesta del sistema de consumo ha llevado a las personas a la generación de necesidades falaces que atiborran de bienes materiales innecesarios y que resaltan la perdida en desastres naturales. En tales circunstancias la percepción se desprende de tales mentiras y halla en un abrazo, en la compañía, en la convivencia esa protección que ningún billete puede dar. La protección que una persona da a otra es insustituible; y cada uno es la protección del otro. Los padres de los hijos, los hermanos entre ellos, los amigos que incrementan la familia extendida, la pareja y los vecinos. Así se ha vivido entre ayudas y manifestaciones de solidaridad que va mermando por desgaste, sin embargo conviene la conciencia de que hay otros que aún no reciben ayuda, esa protección necesaria para vivir.

Ocio. Comúnmente valorado por "los hombres grises" (de Momo) como innecesario, pérdida de tiempo y mal hábito, se contrapone con la sabiduría de la abuela que sabe que el ocio es la madre de todas las artes (fuera de concordancia nominal: el ocio-la madre, pero con el eco de la cultura prehispánica dual). El tiempo vivido aporta una pausa al modelo de producción que quita sueños a cambio de deudas. El ocio que ha formado a la máxima casa de estudios, la UNAM. Solo una institución responsable puede abrir sus puertas en plena correspondencia con el espíritu de su raza para hablar de ella a través del teatro en espacios seguros dictaminados por el protocolo vigente. Asista y apoye el teatro tanto gratuito como en costo no mayor a los $150°° mismo que puede bajar si cuenta con alguna credencial de descuento en Teatro UNAM. Asista, por su ocio y el respeto a la vida que tiene; vea teatro universitario. Nunca una programación había sido tan acertada como Las 99 monedas.

Subsistencia. Llegamos al final de la nota y la subsistencia se hace notar con la ausencia de necesidades como alimentación, salud y seguridad; no son más que falacias del sistema de consumo basadas en miedo y conformismo. La subsistencia la vemos en la puesta en escena cuando el rey, ante el paje que ha perdonado su propio actuar, decide responsabilizarse del daño que ha causado. Sólo la honestidad permite la vida digna de vivirse. Acuda al teatro y sea parte de esta historia contada como cuento clásico en un recinto que ofrece protección e identidad.
 

Funciones: jueves y viernes 20hrs., sábados 19hrs., y domingos 18hrs., hasta el 22 de octubre de 2017

Teatro: Santa Catarina, UNAM. Jardín de Santa Catarina 10, casi esquina con Francisco Sosa, en contra esquina de la casa de cultura de Coyoacán “Jesús Reyes Heroles”, entre metro Viveros y la fuente de los coyotes del centro de Coyoacán.

Localidad: $150°° general y 50% de descuento con credencial vigente de estudiante, maestro, UNAM INAPAM y jubilados ISSSTE e IMSS. Los jueves de teatro $30°° general

Accesibilidad: un par de escalones salvables con ayuda serán el único obstáculo para ingresar con silla de ruedas.

Duración: 60 minutos.

Nota aclaratoria: este texto fue uno de los últimos que escribí para VisiónMX.com . Nunca vió la luz y ese es uno de los motivos por los que la que suscribe, inicia el camino en Ménade de forma autogestiva.

Agradecer el espacio que, en franco intercambio, aportó tal página hasta mediados del año 2017. Han pasado 10 años desde que, la que suscribe, lanzó el primer mensaje vía correo electrónico para difundir el teatro que se puede ver en la Ciudad de México, después vino la experiencia en un medio virtual y ahora la autonomía, sea pues con la convicción de que "por mi raza, hablará el espíritu".

Agradecer también el infinito apoyo recibido a lo largo de los años de los compañeros teatristas, teatreros y hacedores de teatro, desde realizadores hasta medios, actores, directores, dramaturgo, productores... 

Ahora en cada nota se puede decir directamente el nombre de las personas que hacen posible que vea teatro y apoye en su difusión. En esta ocasión se trata del amable equipo del Departamento de Prensa y Relaciones Públicas de la Dirección de Teatro UNAM, entre ellas Delia de la O Bahamaca, Magdalena Hernández y por supuesto a María. 

Alma Torices

teatrista

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