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La metáfora

de las aves

Autor y director: Eduardo Pavez Goye

Actuación: Itari Marta, Hamlet Ramírez y Verónica Bravo

Escenografía y producción general: Luly Garza

La experiencia llena el contenido

Al leer La gaviota, del ruso Anton Chejov, uno de los parlamentos de Treplev dice: “no hay que representar a la vida como es… ni como va a ser… sino como nosotros la vemos en nuestros sueños”, así considerando de modo alguno la visión del autor, dispongo las siguientes letras, ante la puesta en escena La metáfora de las aves que se presenta lunes y martes en el foro Shakespeare.En siete escenas se expone la versión de Eduardo Pavez Goye (dirección y escritura libre en torno a La Gaviota del ruso Anton Chejov), así como la versatilidad de los tres actores que interpretan más de cinco personajes cada uno, para ser precisos Itari Marta se reinventa con seis personajes mientras que Hamlet Ramírez y Verónica Bravo lo hacen con siete cada uno. Al fin seis o siete, el punto es que cada uno es diferente, cada uno muestra una emoción y un sin sentido de la vida y con cada uno de sus personajes, los actores demuestran el dominio que tienen sobre la escena. Los cambios son a vista del espectador abarcando todo el escenario del, todavía, foro Shakespeare.

El  espacio propuesto por Luly Garza se presenta con un panel-ventanal de fondo que separa un exterior lluvioso de un interior seco. Afuera llueve verdaderamente. Lo sabemos no solo por las gotas que caen en las ventanas o el brillo del agua que se colorea con las variables de tonalidades en la iluminación, sino porque los actores suben, a la plataforma de escenario central, verdaderamente mojados; ahí textos como “estás empapado” o “vete a secar que mojas el piso” y “estás mojado” son reales, no menos que las emociones a las que nos llevan las extraordinarias habilidades del equipo actoral.

Un discurrir entre la metáfora, el arte actual y el deseo de ser parte de la vida del otro para así tener existencia, llevan al espectador de una emoción a otra, de momentos de sarcasmo a la ternura de la relación afectiva; cada escena dibuja una metáfora en sí por lo que el público asistente debe estar atento y completar, con sus experiencias, el contenido de lo que los personajes están viviendo en tal momento. Por ejemplo, una “esposa” que se va, que termina su  matrimonio porque siente que su marido no la requiere a su lado, sólo espera que él le diga algo, cualquier cosa, que pueda detenerla, darle un sentido a su estancia ahí, pero nunca ocurre; amándose, se separan porque uno es incapaz de decirle al otro que todo va a cambiar y será diferente si siguen juntos.

Los personajes buscan vivir, pero vivir en serio. En escena, al recrear la verdad, la honestidad y la vida cotidiana, los creadores se enfrentan al rechazo del espectador porque se ve ahí, reflejado y expuesto, conmovido y tomando partido. “Que se hubiera muerto, así, no más, y que no me hubiera arrastrado”, se escucha en una de las escenas y un silencio de complicidad mantiene la tensión. Son personas reales, personas que leen poesía y encuentran su pasado o un equipo de realizadores de películas porno que, de igual modo, se encuentran en el pasado de un amor que creían perdido. Lo cierto es que drama, aquí, es cualquier cosa como un perro o un gato, pero “un mal de amores no puede ser un drama, no te vas a morir de amor, vas a sufrir como sufro yo y mucho más”. ¿Qué es primero, la imagen o el concepto? Acuda a La metáfora de las aves y escuche a Nietzsche y un par de opiniones sobre el arte como destrucción del propio concepto. ¿Será que la auto destrucción es lo único que queda?

La puesta en escena, en la que ve a los actores mojarse antes de entrar a escena, le pregunta ¿tú crees que yo podría ser feliz?, ¿tú crees que alguien, tú, podrías amarme? Vea esta propuesta escénica con actuaciones limpias (no hay olvidos de texto o errores en escena que denoten inexperiencia, la voz de cada uno corresponde con el personaje que representan, es decir que además del cuerpo y el gesto, los actores matizan, de modo alguno, a sus personajes también con la voz.

¿Metáfora o símbolo? “Lo importante no es el resultado, sino todo lo que está atrás”. La escena lleva la dualidad expuesta mojado-seco, frío-calor, compañía-soledad, así también el discurso lleva lo importante con lo intrascendente y el presente con el pasado al tiempo. “¿Qué mierda voy a hacer con mi vida?”, dicen y se comprende que el lenguaje es parte de una sociedad actual que discurre entre el objeto de conocimiento y cuestiona el arte, su utilidad y su fin. Si fuera el caso de que el concepto es más importante que la obra, ¿qué concepto le adjudica a esta propuesta escénica? Acuda y proponga un concepto que remita a esta puesta en escena que lo desconcertará al final.

Definitivamente no es el antiguo ruso ni el trabajo de los actores. La propuesta del director nos lleva a un oscuro, no total porque están las lámparas a los costados –acompañan a los actores en sus cambios fuera de escena- que permite la visión de los rostros iluminados por una lámpara ‘sorda’ en un momento patético o contrastante por el dolor que transmite y la incapacidad de que la situación sea diferente. La dirección deja el final suspendido. Los actores con trabajo emocional de inicio a fin, ante la luz general en escena, indican que la puesta ha terminado. Quizá el oscuro no total por las lámparas laterales faciliten que se crea que la obra continuará, quizá el deseo de ver a los actores de la película porno, quizá… Lo cierto es que el final así es concepción de la dirección por tal conviene señalar que no cae ese final esperado.

Sin más, reconocer el trabajo que realizan para que usted vea una interpretación de un texto que en su momento fue altamente revolucionario, para encontrar que las personas discurrimos o reflexionamos en momentos que no vuelven más al presente, condenando así lo que no es y no será. En el texto de Chejov, un personaje llamado Dorn, dice: “Tiene usted que saber para qué escribe… De otro modo…, si sigue usted un camino pintoresco, pero que no conduce a ningún fin determinado, corre el peligro de extraviarse, y de que su propio talento sea su destrucción. Por lo anterior, se puede afirmar que esta propuesta escénica debe verse y vivirse en una experiencia de experimentación; el texto es interesante, intenso y actual, la dirección es funcional, ligera y perfectible al final y las actuaciones son inmejorables demostrando que el teatro es por lo que ellos muestran, así que gracias a su talento y oficio; ver esta puesta lo vale, vale su tiempo y su espacio para darse una vuelta por el Foro Shakespeare e ir a ser testigos de La metáfora de las aves.

Por último, agradecer la atención de la agencia Pin Ponit por las facilidades otorgadas para la realización de la presente nota.

Alma Torices

teatrista

Funciones: lunes y martes 20:30hrs., hasta el 8 de mayo de 2018

Teatro: Foro Shakespeare, calle Zamora 7, casi esquina con Veracruz, Condesa, cerca metro Chapultepec.

Localidad: $360°° general, Teléfono de taquilla: 52560014

Duración: 90 minutos

Accesibilidad: Al lugar se puede acceder fácilmente por metro, trolebús o transporte que llegue al metro Chapultepec, así como espacios en la banqueta para amarrar su bicicleta o llegar en trasporte particular y en caso de requerir atención especial para el ingreso en silla de ruedas, será totalmente viable salvo el uso del sanitario que se ubica en el primer piso. El espacio cuenta con cafetería y platillos para comer a toda hora altamente recomendado, cuenta con zona para fumadores.

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