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Todavía tengo mierda en la cabeza

 

Autor: Bárbara Perrín Rivemar

Director: Manuel Cruz Vivas

Actuación: Edgar Landa, Emmanuel Lapín, Belén Mercado (Beneficiaria del programa Creadores Escénicos del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes 2016-17)

Que se vaya al final de la lista

 

Un mini sillón sin patas traseras, dos cajas de plástico tipo huacal soportan la tabla de la mesa de centro, tres actores en escena bajo cuatro lámparas pendientes del techo del Teatro El Milagro le proponen una tesis o premisa, que en escena llaman “teoría”, inicial: “La cabeza solo puede almacenar cierta cantidad de mierda”. La ‘teoría’ es de Alberto, Janis confirma que el primer amor es el que pone las reglas pues cuando termina se debe meter otra mierda para que salga la vieja, siempre. Entre esta, a veces se percibe el olor a vainilla por lo que es la única alternativa, pero ¿de dónde viene tanta mierda? De la infancia, dicen los personajes, no, porque ni la recuerdan; la dramaturga sugiere que sí dada la relación entre la figura materna con el menor y la actitud del adolescente.

Lo anterior exige que usted vea la puesta en escena Todavía tengo mierda en la cabeza, por una parte si se es madre o padre de un adolescente o está cercano a tal etapa, para que le aporte una mirada al pensamiento en construcción de su menor, por otra parte es altamente recomendada para mayores de 14 años, no solamente porque la trama se de en el ambiente preparatoriano, sino porque después de la edad referida, se dice que (dicen los estudiosos del desarrollo humano) la personalidad se consolida, por eso se dan muestras de madurez (¿será?). Tanto adolescentes como adultos reciben la escena con agrado porque habla sin tapujos de sexualidad, de formas en que las y los jóvenes se relacionan con el alcohol, las drogas, las y los amigos y, sobre todo, con el amor.

Expresiones como “la sexta vez que cogí fue la primera que hice el amor” las escuchará desde la honestidad de jóvenes en escena que se expresan con la naturalidad del ejercicio sexual que sí realizan y con la libertad que su menor, quizá, no le expresa. Ver teatro le puede servir para abrir esa puerta al diálogo franco con un adolescente que, quizá, requiere orientación o simplemente la confianza de tener condones a la mano. En fin, lo cierto es que ver esta puesta en escena le será de utilidad para desentrañar de dónde viene la mierda que tiene este personaje en la cabeza, ¿de la relación con Alberto, de la infancia, del consumo de drogas, del abuso vivido? Es que ya hay algo antes, siempre es antes por eso la terapia se convierte en el laxante que saca una mierda y la vida se encarga de proveer la siguiente. Mierda siempre. Interesantísimo estar frente a una adolescente con libertad sexual desde su entorno familiar, interesante y provocador, ¿usted qué opina? Lo cierto es que ellas así se expresan en los centros escolares, claro que sí, que usted no las oiga es otra cosa, por eso debe acudir a El Milagro, para armarse de valor y dialogar con su adolescente o simplemente verse en este espejo propuesto por Manuel Cruz y su equipo creativo.

El espacio se construye según el orden que le dan al sillón, la silla, la mesa, la iluminación, la rola que interpretan, el vestuario es el mismo siempre y corresponde con un adolescente estudiante promedio, si tal existe.

“¿Por más puta que te portes siempre una quiere que la quieran?”, será cierto o está dejando ver que el amor romántico sigue permeando aún y que la liberación sexual no existe. Sexo y amor, a veces, no son compatibles, pues en este contexto, una forma de demostrar “amor” es no “acostarse con ella”, por eso, por amor.

¿Verdad que incita a la reflexión? Si usted acude al teatro, seguro que le gustará la propuesta escénica, le hará pasar un muy buen rato, se divertirá y hasta verá la vida propia diferente al preguntarse por esta teoría. Por ejemplo, ¿sabrá usted algo acerca de los psicópatas carismáticos?, si su respuesta es no, vea teatro y lo sabrá de forma sencilla, si su respuesta es sí, tendrá elementos para analizar esta puesta desde el estudio de la mente. El personaje tiene una forma de vida, una teoría y una vida que no se detiene, pasan los años y pasan experiencias que, tal vez, no debía vivir, pero las vive. Un joven en tales circunstancias puede llegar a creer que sin mierda la vida no sabe, ¿será? En esta sociedad desechable, la gente es desechable así como las lacias son sexys y los lacios son pendejos. Afirmaciones, desde la escena, dichas entre canciones, baile, fiesta, cervezas y un gran váguido que mete y saca el desencanto de una generación sin esperanza.

Si usted es educador, debe ver esta puesta en escena porque en su ejercicio cotidiano está la vida de los jóvenes; si en casa no tienen modelos de esperanza, la escuela y los educadores toman el rol social de formar a las generaciones en esperanza o sin ella, por eso, vea teatro y alimente la vida de estos jóvenes que se suicidan porque no pueden afrontar el bulliyng, por ejemplo, así que si usted, amable lector, está frente a grupo, le ruego, vea teatro, asista a esta propuesta y aporte algo más a sus mentores pues muchos creen que “no se puede confiar en nadie” y arrastran en la vorágine a otros, como usted lo sabe porque lo vive.

Sin duda, “el amor es ese algo que te salva de la mierda, eso ‘algo’ a lo que te aferras para no ahogarte en la mierda”, ¿cómo en una sociedad de princesas, consumo, drogas y amor romántico? ¿Cómo hallar ese ‘algo’, esas pequeñas cosas? ¿Cómo cambiar de teoría? ¿La cabeza sólo almacena mierda?

Acuda ya al Teatro El Milagro y sea parte de esta puesta en escena que se soluciona con un par de elementos y el carisma de los jóvenes actores cuyo trabajo aún es perfectible, pero recomendable. La que suscribe comparte la observación de un, también joven, espectador quien comparte su pensamiento al señalar: “los actores son inexpertos, como que les falta, porque se traban, tartamudean, se les olvida el texto, lo retoman bien, pero si se nota que les falta”

Aquí aclarar que la edad de los personajes no forzosamente exige inexperiencia en los actores; de forma visual se facilita el que lo sean, pero no es necesario, señor director. Lo que si es preciso es que los actores adquieran experiencia o “tablas” que el oficio sí exige independiente de la edad, y más cuando se goza de un apoyo auspiciado por todos –imperdonable olvidar el texto y tartamudear, porque es el pueblo quien paga programas como el de Creadores Escénicos del FONCA-, sobre todo cuando sabemos que hay actores sin más recurso que su trabajo y lo ejecutan con dignidad y oficio. No obstante lo severo de las letras anteriores, aquí también se afirma que la puesta vale para verse, que el teatro El Milagro es accesible, tiene los descuentos comunes y si es usted vecino de la colonia Juárez accede a un descuento mayor, la obra es buena, con ritmo, con empatía para su público, con pertinencia para estos tiempos en la ciudad, las soluciones en el escenario permiten que la narración escénica fluya y, en fin, usted la pasará muy bien con el sentido del humor de estos jóvenes que ven la vida desde una premisa: “la cabeza solo puede almacenar cierta cantidad de mierda”, ¿solo eso? Averigüe el final de Janis y comente la nota, si le place, si no, disfrute de un mojito, un café o la grata charla que el espacio propicia, pero vea teatro para observar una manera en que la mierda almacenada se va al final de la fila y se sale. Entre ir a terapia, tomar café, contar historias y ver teatro, veamos teatro, antes nos tomamos una bebida en el Bar El Milagro, contamos cosas y listo, a la puesta en escena.

Para terminar, agradecer el apoyo de Vladymir Jasso quien comparte su opinión, así como el apoyo brindado por el Teatro El Milagro, particularmente Ramiro Galeana, responsable de las relaciones públicas, por las facilidades otorgadas para la realización de la presente nota.

Alma Torices

teatrista

Funciones: martes y miércoles 20:30hrs., hasta el 28 de febrero de 2018

Teatro: El Milagro, Calle Milán 24, Colonia Juárez, CDMX

Localidad: $160°° general, 50% en descuentos habituales (maestros, estudiantes, INAPAM)

Duración: 60 minutos.

Accesibilidad:

Accesibilidad: Para subir al foro principal del Teatro El Milagro, se requiere ayuda en caso de asistir en silla de ruedas; para subir la escalera que va al foro principal, requiere apoyo que, seguramente, encontrará entre los asistentes o el personal del teatro. Si acude en bicicleta, el teatro cuenta con estacionamiento para ellas dentro de sus instalaciones

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