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Handel

Autor: Diego Álvarez Robledo

Dirección: Luis Eduardo Yee

Actuación: Sofía Sylwin, Miguel Romero y Pablo Marín

¿Así yo, qué más puedo hacer?

Un detalle no técnico, sino operativo pueden retrasar el ingreso a la sala, con lo que se confirma que no hay empleos ni empleados menores en el arte teatral; espacio en el que cada trabajador, cada cargo y cada persona son únicas e imprescindibles, tanto como la voluntad y el equipo lo decida; me explico, en el mundo del quehacer teatral todos somos indispensables, pero todos somos perfectamente sustituibles; paradójico, cierto, como el teatro mismo; así que vuelvo al punto y me pregunto cómo es que un detalle que ni siquiera es técnico llega a interrumpir el curso de una representación.

Pregunta que no merma el trabajo en escena, pero si favorece una impresión incorrecta del teatro: el teatro es precisión, por lo tanto, puntual. Iniciamos la función tarde. Vemos una mesa al centro, dos sillas, ingresan los actores, el músico se coloca al fondo derecha o tercer plano en la esquina. (No veo, en el programa de mano, el nombre del músico, ¿diseño sonoro es lo mismo que músico tocando durante la representación?)La historia pasa por la situación de tres menores cuyas historias los dejan en la categoría de víctimas del delito de trata de personas. Tema urgente en la sociedad que, desde la escena, ha tenido diversos manifestaciones, generalmente panfletarias y de desahogo social (¿catarsis?) sin que se llegue a la función social del teatro: Comunicar una situación en contexto para generar un cambio congruente.

Nota elaborada en junio de 2016, cuando se presentó en en el CCB

De la historia podemos decir que cuenta aspectos de la vida de una joven europea (Polonia) a quien la inicia en la prostitución, el novio; ella accede porque no tiene ni a dónde ir ni alternativas de vida. El niño suramericano (Brasil) es vendido por su madre; un hijo no aceptado por su condición biológica de ser hombre (la madre quería tener una niñita). La niña mexicana (Tlaxcala-Tenancingo) está a gusto siendo prostituta de la Merced porque en su pueblo no hay nada. Un hombre viejo y enfermo –desahuciado- consume niñas prostitutas, porque en su condición ¿qué más puede hacer?

Policías que cumplen con su trabajo aunque pueden ser amables si las detenidas cooperan con ellos. Delincuencia organizada y capitaneada por una mujer que o mismo celebra con música que con personas, con jóvenes que con niñas; sirven para lo mismo: complacer a los clientes.

Cámara negra, iluminación blanca, vestuario blanco y negro visten un texto con imágenes como “sus ojos son charquitos de agua sucia donde los niños desamparados mojan los pies”, “una caricia en la cabeza, como nunca y como nadie”, “excitada no por él, sino por el dinero”, “si no existes no puedes ser libre” Al centro, al fondo un telepronter pasa textos extranjeros en letras rojas.

Quizá la puesta en escena pretenda explorar la violencia entre personas, actitudes cotidianas como matar y/o torturar hormigas pero como metáfora del poder que ejercen los poderosos sobre los desamparados, pobres-desempleados-hormigas. Entonces los personajes niños, niñas y jóvenes en situación vulnerable, abandonados por sus familiares, deciden aceptar la “protección” que el padrote les otorga. [Lo escribo, lo reflexiono y lo confirmo –deciden quedarse por migajas de afecto que definen su existencia.]

Esta puesta en escena se llama Handel, acaso porque, en la historia de la polaca, el novio pone música de este autor mientras la vende por internet y ella se queda ahí viendo como la vende. Aceptando la situación y dejándose llevar por ella.

Acaba la función, la gente aplaude. Saliendo de la emoción que el teatro genera. Los actores agradecen e invitan al diálogo. El público felicita y agradece que el “tema sea tocado” en el arte, en el teatro, porque es muy importante tomar conciencia. Me pregunto entonces qué público requiere este tipo de montajes que informan y concientizan ¿La gente con educación básica –acabó la secundaria- desconoce el tema y la forma de operación? De los asistentes presentes, ¿los consumidores de prostitución se habrán conmovido, excitado o aprendido algo? ¿Alguno de los presentes ha pensado –por una vez- en “comprar” a una persona? ¿Cuál es el alcance social del teatro que se presenta en el Centro Cultural del Bosque? ¿Quién patrocina este trabajo? A esta última pregunta si tenemos la respuesta presente en el programa de mano y sólo mencionaremos al primero de la lista: Fundación Bancomer.

Más poética que panfletaria, Handel le conmoverá y usted saldrá “conocedor” de la situación de jóvenes y niños que, al final del día, prefieren esa vida porque ahí si existen, son visibles. Me pregunto si con tal mensaje, la conciencia del público se podrá modificar a fin de erradicar la trata de personas. En la postal promocional dice: Handel es un recorrido por el mundo del tráfico de personas. Convertido en uno de los negocios más lucrativos del mundo, los personajes de esta obra, inmersos en las circunstancias que los aprisionan, muestran a pesar de todo, lo más bello y humano que poseen. Tres personajes que cuentan diferentes aspectos del mismo fenómeno: la belleza de lo atroz.

Acuda, sea parte y juzgue mis letras, pues en caso de mentir estaré despreciando un trabajo digno que reducirá o eliminará la trata de niñas y niños.

El trabajo actoral es digno de versa hasta que la altura del foro con sus lámparas colgantes golpea con la cabeza de quien sube a la mesa.

NOTA: El presente texto surgió en una de las presentaciones de la primer temporada en la sala del centro cultual del bosque, por lo que es posible que haya cambiado algún elemento del reparto y/o aspectos referidos en el contenido. En este 2018 se presenta en el Foro La Gruta del Centro Cultural Helénico, como lo indica la postal.

Funciones: martes, 20:30hrs., hasta el 11 de septiembre de 2018

Teatro: Sala del Centro Cultural del Bosque, Reforma y Campo Marte s/n Metro Auditorio.

Localidad: $80°° general y $40°° con credencial de estudiante, maestro e INAPAM

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