En la página del Centro Cultural Helénico se lee algo parafraseado a lo que presentaba el programa de mano de la temporada pasada: Una unidad habitacional de la Ciudad de México será testigo del caos y la violencia que provocará un grupo de adolescentes en mancuerna  con un viejo músico de blues venido del sur de Misisipi: Bye Bye Bird, un negro alcohólico que se vuelve su maestro de vida.

La nota se titula a partir de una frase dicha en escena; ciertamente son tres jóvenes que viven dentro de un universo, nacen ahí y crecen ahí sin que su universo crezca. Podrían ser tres jóvenes cualquiera inadaptados al sistema educativo presencial, desertores de reglas y sometimiento, por ello presa fácil de estilos de vida "al día". Las travesuras suben de tono conforme crecen; el sexo, las drogas y el bandalismo son el cotidiano, por eso pueden apreciar a la vecina que está pendiente de todos, cual vigía, entrenada para lanzar macetas y aplacar los desvaríos de esta horda.

Sin duda disfrutará de la versatilidad actoral, se reirá de la franqueza con que los personajes confiesan un posible inicio en este estilo de vida a partir de la experiencia en complicidad con un cartel, algo así como hallar "una razón para empedarnos juntos".

Desde estas líneas observo a tres jóvenes ingenuos que están en las calles diariamente sin nada más que la inmediatez. Por ello, porque es divertida, porque los actores Sara Pinet, Ricardo Rodríguez y Luis Eduardo Yee son geniales y porque podrían dar pistas para entender a este sector de la población es que usted debe ir al teatro y ser testigo de la influencia que un personaje ejerce cuando los modelos parentales faltan.

Para terminar, agradecer las facilidades otorgadas para la realización de la presente nota; el video es en el teatro de la temporada pasada.

Alma Torices

teatrista