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Dime lo que escuchas

 

Autor: Sol Pereyra

Director: Daniel Bretón

Actuación: Naomy Romo y Sofía Sylwin

 

¿Cómo llegaste aquí?

El siglo XXI y su postmodernidad propicia que las relaciones entre las personas sea basada en la incomunicación y la distancia, si a ello se agrega la adolescencia y la adultez de la madre soltera, se puede vislumbrar el conflicto de la madre que, además, es psicóloga y cree saber todo sobre la conducta humana. Por ejemplo, afirma que hay “comida típica de hijo de padres separados”, pero ignora la respuesta contundente de la menor cuando dice: “me siento sola”. La terapeuta se desestabiliza ante la ausencia de luz, la joven crece entre la escuela y el amor de un chino que le recomienda música; una madre que considera que una persona de veintitrés años es un bebé y una adolescente que cree que “no es necesario que me pase lo mismo para entenderte”. Dos mujeres que se interrelacionan en una habitación cuya decoración nos remite al oriente; dos mujeres que alternan formas de comunicación no siempre afortunadas, pero necesaria la búsqueda y válido el intento. ¿Cómo llegaste aquí?, pregunta que usted podrá responder si acude al ver esta puesta en escena.

La relación entre una madre y su hija adolescente ofrece múltiples variantes para contar historias. La propuesta, dice la experta en exposición después de la función, es mostrar “una farsa, porque se tratan como extrañas”. Si usted ya vio la obra y fue parte de la referida charla, conviene que sepa que, en el sentido general del término, farsa es una comedia (dice el diccionario en línea que “en la antigüedad, se utilizaba el término para referirse a todo tipo de comedia”. El punto con la farsa -desde el drama- es que produce risa, entre otras reacciones, por lo irreal de la situación, porque eso que ocurre en escena, así como ocurre, jamás en la vida “real” (si esto existe) ocurriría. Entonces, cuando hablamos de una puesta en escena que trata de las relaciones personales, particularmente de la relación madre e hija y estas deciden o acuerdan previamente, llevar un momento de sus vidas “como si fueren desconocidas” no se trata entonces de una farsa, sino de un acuerdo que favorece la interrelación. La trayectoria de los personajes es lo que dicta el género de la obra; la forma en que es representada indica el emplazamiento o propuesta, el conjunto o suma de lo anterior producen el tono (aquí un problema general porque se habla de tono y se sabe qué es, pero no se define ni se establecen los parámetros).

En Ménade se busca que el espectador vaya al teatro, que lo vea, por eso el género, el tono y la propuesta se valoran desde lo que el espectador común vive al ser testigo de la puesta en escena y ya, sin necesidad de ser eruditos ni pretender hacer críticos a los espectadores a base de mentiras repetidas que “apantallan” y podrían alejar más que acercar. Cuidado Teatro La Capilla con la veracidad de lo que ahí ocurre fuera del hecho escénico, si me permite la observación.

Entonces, si vemos Dime de qué hablas estamos ante dos mujeres, una evidente adolescente con una señora joven. Un decorado que recrea dos espacios que se difuminan y se significan conforme la escena, entonces estamos en la recámara de la joven y el consultorio de la psicóloga, pero también es el comedor y la sala de la casa común de ambas pues son madre e hija. Sabemos que la chica acude a una terapia por un volante que encuentra en un ciber, sabemos que la terapia está basada en escuchar música y trabajar aspectos de la personalidad a través de esa música, lo que no sabemos es qué versión escucha del clásico Sex Machine o si es el nombre de otra rola u otra banda. El que la obra proponga terapia con música y la misma no sea audible para el espectador produce interés en el espectador que quiere escuchar lo que oyen los personajes. Hay dos momentos musicalizados, desde aquí podemos decir que el segundo momento le será fácilmente reconocible y quizá decepcionante porque se habla de meditación, de China, de siglo XXI y el cierre nos devuelve a los ochentas del siglo pasado. No obstante la puesta es simpática y ofrece imágenes agradables con la iluminación y las posibilidades que ofrece el espacio creado por Jesús Giles.

Para terminar, agradecer el apoyo de Enrique Saavedra y Esther Valencia pro las facilidades otorgadas para la realización de la presente nota.

Alma Torices

teatrista

Funciones: martes 20hrs., hasta el 29 de mayo de 2018

Teatro: La Capilla, calle Madrid 13, casi esquina con Centenario, a una cuadra de Churubusco, metro Coyoacán, Colonia Del Carmen Coyoacán, CP 04100.

Capacidad del teatro: 92 butacas  por función

Localidad: $300°°, $250°°, $200°°, $150°°, $100°° y $50°° general, Taquilla en el teatro o mediante www.redticket.com.mx

Duración: 70 minutos

Accesibilidad: avenidas Río Churubusco, Coyoacán, Centenario y Cuauhtémoc con transporte público y la posibilidad de amarrar su bicicleta dentro del patio del teatro; dentro del foro, la planta alta es inaccesible en muletas o silla de ruedas, la planta baja cuenta con escalones que se pueden bajar con un poco que ayuda en caso de llevar silla de ruedas; el acceso a los sanitarios en este caso (silla de ruedas) se hace complicado, sea el primero por lo estrecho del pasillo, por lo que se recomienda acudir al sanitario de la cafetería con ayuda para librar el par de escalones.

Adicional: El teatro cuenta con servicio de cafetería y se permite el acceso con bebidas únicamente (no se ingresan alimentos) cuya loza usted devuelve al salir (es decir que no la deja dentro del patio de butacas). Por otro lado, le sugerimos que lleve su termo o taza y busque el descuento en el café así como la disminución de basura.

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