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Las preciosas ridículas

Autor: Molière

Adaptación y dirección: Octavio Michel

Actuación: CNT (Compañía Nacional de Teatro: Karla Camarillo, Marco Antonio García, Ana Ligia García, Jorge León, Cecilia Ramírez Romo, Pablo Ramírez,, actor invitado David Lynn, y alternan funciones: Fernando Bueno y Rodrigo Alonso así como Carlos Ordóñez y Misha Arias de la Cantolla. Todos beneficiarios del Programa Compañía Nacional de Teatro del FONCA) 

Jerigonza

Algo pasa cada que veo un montaje de la CNT y no acierto a atinar qué es, espero que usted, amable lector, me ayude a entender. Prácticamente lo tienen todo: personal que desea estar ahí, apoyo económico para fortalecer la formación de cada integrante, espacios donde presentar sus trabajos, difusión, "prestigio" por decirlo de modo alguno, sin embargo no he visto la primer parte del patio de butacas, del Teatro Julio Castillo, llena en una función (por muy buena que sea la obra) y menos con los asistentes totalmente despiertos. Esta propuesta de Las preciosas ridículas ofrece un "reencuentro con el fenómeno teatral de manera lúdica" dice el programa de mano, sin que lo tenga atento en los 60 minutos que dura la representación, ¿cómo pretenden lograrlo?

Desde mi perspectiva, y ya lo he señalado antes, la diferencia de ritmos de actuación, calidades y formas de abordar al personaje es definitivo para que el montaje se logre en su totalidad. Una cosa es que el personaje sea pedante y otra que lo hagas así para el espectador. No es contradictorio lo que digo, sin embargo me explico; si el personajes es de un modo, el público así lo conoce, pero no tiene porque serle somnífero o invisible, debe percibir su motivación, su deseo, su razón de ser de estar en el escenario y si el director no atiende tal, la obra se le cae por cualquier modo.

Al inicio nos reciben con un músico y el sonido de un clarinete que nos conduce al acceso del teatro, una vez dentro todos los asistentes, ingresa por ahí mismo el músico y cruza el patio de butacas hasta perderse en la entrada al escenario, momento después aparece sobre el escenario tocando otra pieza, lo cruza y el convenio ha quedado claro, han sido las tres llamadas.

La trama la plantean los dos enamorados, despechados, quienes califican a las damas de "bachilleras provincianas desdeñosas" ya que "el estilo precioso infesta París", en él está la "cultilocuiencia" donde la "reglas y el proceder" son imprescindibles en el buen todo. Traman el engaño para ponerlas en evidencia y salen. Esta parte puede ser el inicio del fin si es que aquí no ha quedado claro de qué va la puesta: un engaño hecho por dos no correspondidos. Así el padre de la joven pide que sea ella y su prima, amables con sus cortejadores pues "la carga de dos damas es pesada". Ellas explican que, como en las novelas, el modo de cortejar es importante y no gustan de llegar así, directo, al matrimonio.

El ingreso del primer supuesto enamorado marca el ritmo de la puesta, es ágil, carismático y lo único que ha hecho es darle un toque personal a su personaje sin dejar las instrucciones de poses que, seguramente, marcó la dirección. Este personaje y la sirvienta (los actores que los interpretan) presentan las mismas características, pero no están de inicio a fin en la obra y los demás deberían de fascinar así al público, evitando con ello que se duerma.

Afirman que la improvisación es la piedra de toque del ingenio. Así tanto la hija como la prima van admirando al joven que recita su composición poética que, a oídos de la audiencia, es gracioso, sin embargo el público no ríe ¿acaso por "respeto" o "regla de etiqueta"? Se deja ver un poco el engaño cuando dice "las personas de calidad lo sabemos todo, sin haber aprendido nunca nada (sin tener estudios), ya que es a las personas de calidad (insiste en eso) a quienes se acercan los autores para verificar la valía de su obra toda vez que el público no se atreverá a contradecir el buen gusto de las personas de calidad. Interesante la postura, ¿lo nota? Ellas embaucadas y burladas tal vez por su ingenuidad. Bien, pues eso no es lo que propone al obra ni lo que pretende la CNT a decir del programa de mano. ¿Jerigonza, entonces?

Por lo anterior, reitero que debe verla porque ya pasados los años, llama mucho mi atención que no acierte a ver bien una obra de la CNT con actores tan diversos mientras que montajes como El diccionario, DeSazón, El ruido de los huesos que crujen -con Diana Sedano- o Ser es ser visto han tenido otra percepción y han logrado llenar los lugares donde se presentan.

En fin, rescatable el trabajo de dos de los actores quienes, por su solo trabajo, instan al público a ser parte de esta temporada próxima a terminar, pero que regresará en enero. Desde aquí le recordamos que los jueves la entrada es más económica o que puede comunicarse con el área de públicos de la CNT para lograr entradas a menor costo o cortesías.

Debe verla y disfrutar tanto la referencia a la mierda que abunda en ese ambiente cuando señalan que "está un poco embarrado, pero tenemos la litera para no ensuciarnos con injurias de barro" o bien cuando cuestionan qué es el talento "se jactan de talento y no saben la cuarta que se hace cotidianamente"; lo que sin duda será de su total agrado es la parte final por el mensaje pro mujeres al señalar que "no tengas miedo de ser lo que eres; ama la literatura, la música y el teatro porque solo ellas nos sacarán de la violencia". ¿Lo nota? Debe ver esta obra y si tiene alumnos, mándelos porque la producción lo vale, el autor lo merece y la sociedad lo necesita.

Para terminar, agradecer el apoyo de Raúl Median y el equipo que atiende en el Centro Cultural del Bosque, por las facilidades otorgadas para la presente nota.

Alma Torice

teatrsita

Veamos teatro para ser libres

Funciones: jueves y viernes 20hrs., sábados 19hrs., y domingo 18 hrs., hasta el 16 de diciembre de 2018

Teatro: Julio Castillo del Centro Cultural del Bosque, detrás del Auditorio Nacional, metro auditorio

Localidad: $150°° general

Descuentos con credencial vigente para estudiantes, maestros e inapam, así como trabajadores del inba o quien llegue en bicicleta a la taquilla del teatro.

Adicional: algo pasa también en la cafetería Inna que en dos días, media hora cada uno, no pudieron servir una taza de café. Lo bueno de esto es que no necesito del café; lo comento porque si es su deseo consumir ahí, debe saber que lo tardarán en atender, en servir y en cobrar y que es posible que su pedido esté incompleto. Se come bien, sin embargo. 

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