top of page

La canción más alegre del mundo

Autor: Adriana Nájera

Dirección: Enrique Aguilar

Actuación: Mario Rendón y Fernanda Enemi

Iluminación: Mariana Herrera

Rolas bien chidas

 

Cuando vemos producciones de 3 millones de pesos, con dos seudo-remedo de actores y vemos que logran los apoyos, los espacios, la aceptación y buenos comentarios de los asistentes; algunos nos preguntamos ¿por qué yo no ví lo que ellos sí? Y cuando yo salgo de ahí y noto que son amigos de los amigos y beneficiados de los beneficiados, lo entiendo todo y mejor no escribo nada... Cuando voy al teatro y salgo con un hoyo en el estómago, cuando he reído, me he identificado, he quedado suspendida y agradecida por el trabajo teatral digno que acabo de ver, cuando eso me pasa, lo menos es ayudar a que seamos más los que tengamos ese placer estético y ese espacio de deleite en la ciudad. La canción más alegre del mundo" (...quizás muy cursimente pueda llegar a ser nuestra obra) es ¡altamente recomendable!"

Cuando uno cruza la ciudad, cuando a pesar del shok sistemático uno decide ir al teatro, cuando la compañía, el calor de la sala, las caras también satisfechas nos recuerdan que no hay nada que se compare con el contacto humano, cuando en escena ocurre el espejo que nos construye con identidad, cuando ello ocurre hay teatro para hablar, pero cuando ese teatro además nos deja la libertad de crear el final de acuerdo con deseos-criterios, podemos decir que estamos ante un teatro con mayúscula.

La canción más alegre del mundo es la obra con la que usted tendrá por un lado un placer estético, entendiendo este como el gusto por ver algo equilibrado, armónico, proporcionado, con uso máximo de los recursos mínimos; en pocas palabras con la dirección inteligente de un buen texto interpretado por dos actores dentro de una producción amable.

lacancion.jpg

Quizá no sea ‘La’ canción, pero las pistas sonoras lo sitúan en un tiempo pasado que sin duda alguna fue mejor. ¿La niñez? ¿La secundaria?

La canción más alegre del mundo cuenta con la escenografía (o construcción del espacio ficticio) de María María, quien resuelve con un sillón, dos muebles laterales (con un teléfono, las palomitas, las figuritas de la madre de él), una escalera, un muñeco de peluche, dos series de foquitos (una arriba del proscenio y la otra en la parte superior a modo de marco), una cobija para recrear la cama… Un espacio que significa y reconstruye los diferentes lugares en los que transitan los personajes. La música de Brandon Torres nos lleva a los gustos de los ochentas (Alaska y Dinarama, Timbiriche, Soda Stereo…) y a los anteriores (Roberto Carlos, Palito Ortega, Pimpinela…) para establecer una diferencia conceptual entre los personajes: a ella no es que le guste Timbiriche, sólo le encanta esa canción de “besos de ceniza”, a él simplemente no le gusta la música porque hace ruido y como no le gusta el ruido ni siquiera sale de su casa. ¿Diferentes? La cabina de audio está bajo el proscenio y lo vemos colocar cada una de las pistas durante la función.

En la postal de publicidad tenemos que: “Wendy y Oswaldo son dos personas que se encuentran en el mar informático. Sus mundos son diferentes. Sus personalidades completamente distintas. Sus orígenes, disímiles. Nadie jamás pensaría que tienen algo en común. Pero cuando ellos se conocen, algo se desata. Y una serie de eventos comienzan a sucederse. Uno tras otro. Entre los dos, buscan y no encuentran. ¿Qué es lo que buscan? Buscan encontrar algo de ellos mismos, en el otro. Algo que los concilie con la vida y con su propio pasado… Un futuro en el cual confiar y deambular, sin temor.”

Lo anterior totalmente de acuerdo con lo que usted ve en la puesta en escena dirigida por el magnífico trabajo de Enrique Aguilar, quien resuelve el cambio de espacio, de tiempo, de estados de ánimo con sencillez y alimentando la siguiente escena… Al final, desconcertante para todos los asistentes. Así que usted podrá completar con su definición ¿qué pasó? Aquí algunas posibilidades gracias a la charla que esta puesta en escena suscitó en sus espectadores. Como público, con las ganas de hablar, de opinar, de verificar qué vimos, qué percibimos, de saber qué le pasó a los personajes comenzamos a dialogar y de ahí surgen las siguientes posibilidades de final, ahora le toca a usted escribir en este espacio y decirnos ¿en qué acaba?

     A)  Se dan un tiempo y al paso se encuentran para ser felices

     B)  Él muere porque era enfermo terminal

     C)  Esto no pasó, es parte de la imaginación de él / ella?

     D)  Ella se va porque no soporta más la actitud de él

     E)  Ella muere…

Cada uno de los espectadores reímos, nos identificamos, tenemos nuestras sospechas y en cada momento nos enteramos de una situación nueva, de un secreto que lejos de ayudar a la relación, parecería que la empeora, pero ¿acaso no están parejos, pagados con las mismas mentiras? ¿Las mismas? ¿Una mentira es más grave que otra? ¿Las mentiras son válidas?

El vestuario –de Fiama Días- define la personalidad de los personajes y está en tono con el espacio escenográfico y el emocional de la banda sonora; el vestuario mantiene el carácter de los personajes, resulta práctico y lindo cuando deja lucir las piernas de ella que vemos al hablar por teléfono y, a través de ellas, vivimos el estado de ánimo de la chica explosiva que ha sido atraída fuertemente por un joven totalmente diferente, pero que –sin saber- ha traído al presente y a la realidad la imagen paterna dejada sólo para el espacio de seguridad de los recuerdos de la niñez.

La espalda que luce sensual, atractiva y erótica, lejos, en las alturas, admirada como la imagen idealizada por un hombre enamorado… ¿cómo ser y estar, de pronto, ante aquella belleza? No es que sea bonita, pero cuando está con ella es como si todo pudiera pasar. Él está feliz y no sabe qué hacer porque nunca se había sentido así.

La energía del personaje de Fernanda Enemi (Wendy) en armonía contrapesada con la del personaje de Mario Rendón (Oswaldo) nos llevan a los opuestos que coinciden en un momento. A ellos ya los habíamos visto juntos desde la puesta de El Refugio, propuesta dirigida por el mismo Enrique Aguilar igual que La calavera de cristal recientemente en el mismo teatro; ahora los vemos a ellos dos solos representando a los personajes de Adriana Nájera. Soledades acompañadas, miedos y la sensación de que esta vez no serán lastimados ¿seguridad?

Acuda al teatro La Capilla, acompañado de todos los que pueda, pues hay pocas funciones y sencillamente es una de las obras que desde el año 2015 hemos esperado con ansias por lo que no se puede perder. Un trabajo profesional, sencillo porque está llevado con inteligencia y grandeza en la profesión. Para hacerlo feliz, ella le pone “sus rolas bien chidas” y usted puede llevar al teatro a alguien que, quizás, nunca haya visto teatro, y en una de esas, quizá muy cursimente esta obra puede ser su obra.

Para terminar, agradecer el apoyo de Enrique Aguilar por compartir su trabajo de siempre.

Alma Torices

teatrista

Funciones: jueves, 20hrs., hasta el 25 de julio de 2019.

Teatro: La Capilla, Madrid 13, Colonia Del Carmen, Coyoacán; casi esquina con Centenario a una cuadra de Churubusco. Colonia Del Carmen Coyoacán, CP 04100.

Localidad: $200°° general. Sin formarse a través de Boletópolis. $150°° para los descuentos habituales con credencial vigente de maestro, estudiante, inapam, vecinos de Coyoacán y personas que lleguen en bici; busque las promociones en redes sociales para boletos de cien pesos directo en la taquilla del teatro.

Accesibilidad: avenidas Río Churubusco, Coyoacán, Centenario y Cuauhtémoc con transporte público y la posibilidad de amarrar su bicicleta dentro del patio del teatro; el acceso a los sanitarios implica un par de escalones que en caso de usar silla de ruedas requiere ayuda para ingresar ya que, además de los escalones, el espacio del servicio -de damas- es estrecho.Adicional: El teatro cuenta con servicio de cafetería con excelente trato en "El Bejuco"; se permite el acceso con bebidas únicamente (no se ingresan alimentos) cuya loza usted devuelve al salir (es decir que no la deja dentro del patio de butacas ni se la lleva en su bolsa). Por otro lado, le sugerimos que lleve su termo o taza y busque el descuento en el café así como la disminución de basura. Pruebe el pan hecho sin huevo o las galletas que ahí preparan, serán de su total agrado.

bottom of page